24 jun 2011

Globalización, migraciones y género

Este texto expone cinco premisas para entender la relación entre género y migraciones, así como su ubicación en la sociedad global contemporánea.

Partamos de una primera premisa: todo debate sobre migraciones es un debate sobre globalización, y viceversa. Migración significa redefinición del mundo, de las formas de vida, de existencia y de las culturas a nivel global. Globalización significa movilidad. Para unos –capital- más que para otros –trabajo- pero, en definitiva, siempre movilidad.

1.1 La globalización del capital, en su fase galopante, empezó a partir del abandono del patrón-oro por Nixon el año 1971, continuó con las victorias de Thatcher -1979- y Reagan -1981-, y con la caída del muro de Berlín y el Consenso de Washington -1989.

1.2 Se podría decir que la globalización del trabajo ha existido desde siempre, pero se acelera a partir de la desaparición de las colonias y la apertura de la globalización postcolonial.

Segunda premisa: hablar de migraciones es poner sobre la mesa un debate con matriz de género. Esto no significa que todos los migrantes sean todos mujeres –de hecho estas ocupan en cifras el 50% de los migrantes a nivel global- sino que hablar de migraciones es hablar de la movilidad de la fuerza de trabajo reproductora, y de la globalización de los cuidados.

2.1 De un lado la crisis de los cuidados en el Norte Global, caracterizada por una inoperancia creciente de los dispositivos tradicionales de Bienestar y, en definitiva, la extensión de la precariedad a grandes capas sociales y al conjunto de la vida social. Del otro, la feminización del trabajo, caracterizada por el auge de las economías de servicios, conocimiento e información, así como de la financiarización –privatización de la reproducción. Estos dos cambios están íntimamente ligados al proceso de globalización en todos los niveles. Ante este panorama los migrantes se insertan directamente en la punta de una doble pirámide, la de la crisis de los cuidados y la de la feminización del trabajo. Son por lo tanto emblemas de la reproducción, más aún, de una crisis de la diferencia entre producción y reproducción.

Tercera premisa: los migrantes no representan una excepción dentro de las formas de trabajo actuales, es más, las formas de trabajo actuales están marcadas por un claro devenir-migrante, esto es, por altas tasas de movilidad, flexibilidad, temporalidad y así como por la producción de formas de vida. Las formas de trabajo también están cruzadas por un devenir-mujer, esto es, tal y como se ha citado en el punto 2.1, por un proceso creciente de feminización del trabajo. Hablar de mujeres migrantes es, por lo tanto, hablar de aquello que es central en las formas de producción contemporáneas.

3.1 El trabajo en la actualidad nada tiene que ver con el trabajo fordista. La crisis del empleo estable, de la protección, del trabajo manufacturero, de la seguridad o de la sociedad salarial –que aseguraba el acceso a una vida digna a través del trabajo-, marcan cambios profundos en las formas de producción y de vida. Desde entonces el trabajo se caracteriza cada vez más por la flexibilidad, la inseguridad, y el uso y aplicación de competencias cognitivas, afectivas y relacionales. La crisis de protección característica del trabajo de los migrantes –sin contrato, sin cotización, sin vacaciones, sin estabilidad, sin prestación por desempleo y con sueldos de miseria- es cada vez más una crisis de protección para el conjunto de la población. A esto se añaden unas tasas de paro estructural creciente y un incremento de actividades altamente productivas –formación, reproducción, relación, producción de información y conocimiento, cuidados- que sin embargo no vienen retribuidas. El trabajo, y en definitiva la vida, son cada vez más precarios. La respuesta a esta crisis por parte de las autoridades políticas no ha ido encaminada a una desvinculación entre prestación y trabajo sino más bien al contrario; a un ligazón cada vez más fuerte entre ambos –workfare.

Cuarta premisa: en el capitalismo actual la producción es producción de formas de vida –producción biopolítica. En este sentido las migraciones son directamente productivas en tanto que reinventan por completo las cartografías culturales, de hábitos y de formas de vida, así como constituyen el verdadero tejido invisible de reproducción de la sociedad. Hibridación no es un simple concepto para aplicar a los procesos culturales sino a los procesos políticos y económicos. Una vez más, hablar de migraciones –máxime si se habla desde una perspectiva de género- es hablar de aquello que es central en las formas de producción contemporáneas.

Quinta premisa: las mujeres migrantes padecen una múltiple explotación: de género, de raza, de clase. Son subalternas también en otros sentidos: por ejemplo, religión y edad. La sociología de los últimos 30 años ha hablado de colectivos en riesgo o vulnerabilidad para esquivar la palabra explotación y delegar la responsabilidad de una condición al sujeto afectado. Pero sabemos que la explotación es estructural, y que ni los migrantes ni las mujeres son un problema, en problema se llama capital, patriarcado y eurocentrismo, y la solución se llama organización política del conjunto de los explotados, que son también el conjunto de los productores de riqueza.

5.1 Explotados y productores ya no son nombres para el proletariado o los trabajadores. Explotados y productores son nombres para una condición social que es la del conjunto de los precarios y de los pobres.

5.2 Pobreza no es el nombre de la carencia sino de la potencia. La pobreza indica la condición de aquellos que aún teniendo poco más que sus cuerpos, inventan y producen el mundo en el que vivimos. Pobreza es el punto de unión entre producción y explotación. Precariedad no es el nombre de la unidad sino de la diferencia. La precariedad indica la necesidad de pensar formas de organización transversales entre las distintas figuras de la pobreza –migrantes, mujeres, estudiantes, hipotecados, parados, investigadores. La precariedad indica la necesidad de pensar una política de la diferencia, del disenso y de la traducción.

5.3 Hoy quien es explotado es el conjunto de los pobres, la sociedad en su conjunto. Hoy quién produce –conocimiento, información, cultura, formas de vida, relaciones- es el conjunto de la sociedad. La organización de los productores contra la explotación tiene que pasar por el reconocimiento de esta condición precaria y de clase. Las mujeres migrantes encarnan la pobreza, puesto que son el paradigma de la producción y explotación contemporáneas –sólo hace falta pensar en cómo fueron precisamente ellas las principales generadoras del enorme efecto riqueza inmobiliario de los últimos años, y sin embargo las más perjudicadas tras estallar la crisis. Las mujeres migrantes, en este sentido, marcan el camino de la política.

No hay comentarios:

Publicar un comentario